martes, 3 de abril de 2012

El surrealismo en Volkswagen Polo Bluemotion

La nueva campaña de la agencia DDB para el VW Polo BlueMotion consiste en una serie de carteles basados en la obra de René Magritte y Salvador Dalí. En concreto, reinterpretan algunos de los elementos más conocidos de obras como "El hijo del hombre" de Magritte o "La Persistencia de la Memoria" de Dalí.

Anuncios ilustrados por Kirill Chundinskly para Volkswagen Polo Bluemotion.

Los creativos de DDB no han sido demasiado originales. De hecho, esta es la enésima incursión publicitaria en la obra de los surrealistas y muy especialmente en la de Magritte, profusamente explotada en todo tipo de anuncios. Se trata de una presencia recurrente que ha sido estudiada en profundidad en libros como ""Cenci n´est pas un Madritte (Essai sur Magritte et la publicité) de George Roque, en el que se analiza la utilización de los recursos lingüisticos de Magritte en la comunicación persuasiva.


También Marta Mensa, del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universitat Autònoma de Barcelona trató este tema en su tesis "L´altra cara de René Magritte, el publicista". En ella analiza la "publicidad magrittiana" a través de más de 6000 anuncios publicados en suplemento dominical del diario El País entre los años 1995 y 2005.


La vinculación de Magritte con la publicidad es muy profunda. A pesar de que la detestaba, él ejerció como creativo publicitario durante toda su vida. En 1918, con apenas 20 años, creó su primer cartel, un anuncio de sopas Derbaix y continúo aceptando encargos publicitarios hasta los años sesenta. Su último trabajo lo realizó para Sabena en 1966, tan solo unos meses antes de morir. Además entre 1931 y 1936 trabajó con su hermano Paul en al agencia Studio Dongo, situada en el patio trasero de su casa.


Imagino que la predilección de los publicistas por Magritte (casi podríamos hablar de obsesión) está relacionada con la fuerte iconicidad de su obra y con su carácter narrativo. Su vocabulario formal y simbólico (como el de muchos otros surrealistas)  favorece una lectura rica y polisémica, pero sencilla. Frente al carácter críptico de buena parte del arte contemporáneo, la obra de los surrealistas es fácil de interpretar.

En el caso de Magritte, además, el impacto que producen en nosotros sus cortocircuitos visuales, hacen que sus imágenes se fijen a fuego en nuestra memoria. Algo a lo que, en nuestra querida economía de la atención, ningún creativo publicitario puede resistirse. (http://smonje.wordpress.com/2008/12/15/inspiracion-surrealista-volkswagen-polo/) (http://www.chudinskiy.com/category.php?count=22&category=print&pic=1)







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